Irse de casa by Carmen Martín Gaite

Irse de casa by Carmen Martín Gaite

autor:Carmen Martín Gaite [Martín Gaite, Carmen]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Psicológico, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 1998-05-01T00:00:00+00:00


QUINCE

En una cosa coincidía su visión de entonces con la de ahora: en que procuraba ver sin ser vista. La madre le había dicho: «Cuantas más cosas sepas de ellos y ellos menos de tu vida, más te librarás de encontronazos en un terreno que no dominas, y hasta puede llegar a ser posible que encuentres esa puerta camuflada que lleva al interior de los árboles», y Amparo, acostumbrada al lenguaje de los cuentos de hadas, les veía a esos consejos una mezcla de atractivo y bruma, aunque sin descartarlos como brújula para orientarse en el bosque de cuerpos y cabezas que iban brotando alrededor y entorpecían su paso hacia una salida sin más contornos que los del anhelo. Troncos de árbol cuya puerta secreta tal vez condujera al alma en tormento de sus ramas altas. Pero muy pocos irradiaban señales enigmáticas que espolearan su curiosidad.

A Amparo saber cosas de aquella gente para ampliar un fichero de apellidos, chismes y parentescos no le interesaba apenas, pero sí espiar sus gestos, intuir lo que ocultaban tras lo que decían, observar cómo se movían, qué terreno fingían ocupar, detectar el punto flaco de sus miedos. Olimpia la ayudó en esto sin darse cuenta con la aportación de informes desgranados al descuido, igual que si se desprendiera de calderilla para echarla en el sombrero de un mendigo, amparada tras el desdén de provinciana de alta alcurnia que se rebela a sabiendas de lo infructuoso y falso de su rebelión. Ella tenía acceso a cualquier círculo, ha entrado la hija del marqués de Moret, a saber qué exabrupto nos traerá preparado.

Amparo recogía, fingiendo tedio, esos informes que nunca comentaba, y sin embargo cuando coincidían con alguna de sus intuitivas apreciaciones los archivaba entusiasmada en su memoria, una reserva de hilos de colores para bordar algún día un tapiz del que sólo vislumbraba fugitivos fragmentos. Pero ella a Olimpia le contó siempre poco de sí misma. Entre otras cosas porque el relato de su vida se apoyaba en cimientos precarios e inestables. Sus primeros recuerdos nacían ya agarrados como lapas a aquel recinto exiguo del taller por donde correteaba igual que un ratón en busca de salida, levantando perpleja el hocico infantil, pidiendo venia para deslizarse por entre los barrotes que encarcelaban sus balbucientes preguntas, ¿por qué?, pero ¿por qué?; por nada, porque sí, eso a un niño no le importa.

Tardó en saber que era hija de soltera y que en la causa de su nacimiento había colaborado un militar ya no muy joven, casado y respetable, natural de otro pueblo grande donde ella nació y desde donde llegaron al taller de la calle del Olvido, que parecía existir desde siempre. Cuando murió ese padre nunca visto fue la primera vez que Amparo tuvo noticia de él. Hasta entonces Ramona Miranda no le había dicho nada, tendría ella once años, ya se había adiestrado en el duro aprendizaje de no preguntar, era de noche y estaban cenando. La madre se lo contó todo de corrido



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.